y cuando se veía la luz, de nuevo a la oscuridad.


Nuevo calvario para Aitor y su familia

Un trámite burocrático relacionado con el niño, de cinco años, les impide abandonar Costa de Marfil

Bilbao. La felicidad les ha durado poco al arrantzale bermeano Aitor Fernández del Campo y su familia. Desde el pasado sábado permanecían en una base militar francesa de Abiyán a la espera de coger un avión rumbo a Europa, pero la noche del martes les llegó la peor noticia posible: un nuevo trámite burocrático les impedía abandonar Costa de Marfil. En esta ocasión era debido al niño, de nacionalidad marfileña, que no cuenta con los permisos necesarios para ingresar en la Unión Europea. "Otro jarro de agua fría", resume su hermana Amaia, que esperaba con ansias en Euskadi la inminente llegada de sus familiares.

Aitor, su esposa, Nina Youk, y su hijo están bajo protección de los soldados franceses, en una base militar a dos kilómetros de su residencia de Abiyán, donde han pasado siete días de pánico por los enfrentamientos que vive el país africano. Inicialmente, el plan era volar a París con el resto de los ciudadanos franceses evacuados, donde Amaia se había comprometido a recoger a los tres y llevarlos a Bermeo, pero las autoridades francesas "les dijeron que mi hermano y Nina podían embarcar, pero que el niño no, y como comprenderán, no lo van a hacer sin su hijo".

"Hablé ayer (por el martes) con mi hermano para saber qué tal estaba y entonces me dio la noticia. Me dijo que como España no fletaba ningún avión, dependían de las autoridades francesas y que éstas les habían dicho que con la documentación que tienen del niño (no tiene pasaporte) podrían incurrir en tráfico de menores si lo llevan de Costa de Marfil a algún país de la Unión Europea, y que no embarcaban al niño", explica Amaia Fernández. La hermana del arrantzale bermeano apunta, sorprendida, que "al niño no le hicieron ningún visado", a diferencia de a su madre, Nina, que obtuvo la documentación necesaria la misma tarde del sábado. "Yo daba por supuesto que le habían hecho también un visado al niño, porque la evacuación se hizo a tres personas. No entiendo que tramitaran un visado para Nina y no para el niño".

Según Amaia, una vez más, el diputado jeltzale Josu Erkoreka, y Andoni Gamboa, de Lehendakaritza del Gobierno vasco, están haciendo todo lo posible para lograr los permisos necesarios de parte del ministerio de Asuntos Exteriores, "pero ponen muchas pegas". "Las autoridades dicen que hay que garantizar que no hay tráfico de menores. ¿Tú te crees que yo voy a salir en los medios para raptar a un niño? Dicen que hay muchas bandas que trafican con menores, que en Costa de Marfil es muy fácil falsificar un acta de nacimiento", señala Amaia.

El menor, de cinco años, es fruto de una relación anterior de Nina. La intención de Aitor, que ejerce de padre para él, era adoptarlo después de la boda, pero una vez más la guerra truncó sus planes, ya que la ceremonia tuvo lugar el mismo día que se inició la cruenta lucha por el poder en Abiyán.

Sin protección Pero los problemas de la familia no acaban ahí. La mayor de sus preocupaciones en estos momentos es que mañana deben abandonar la base militar francesa en la que se encuentran refugiados. "Los franceses han sido ya evacuados y ya solo quedan allí mi hermano, Nina y el niño. Inicialmente me dijeron que si me comprometía a recogerles en 24 horas en París y garantizase que no se iban a quedar en Francia, que se iban con el resto de los franceses. Pero ahora ha pasado esto". Amaia asegura que su hermano tiene miedo "porque dice que desde la caída de (Laurent) Gbagbo, los enfrentamientos son peores. Se están matando entre unos y otros en plena calle. No quiero ni pensar que podrían volver a la misma situación", manifiesta.

La hermana del arrantzale bermeano asegura que existe otra posibilidad: "Se podría trasladar a mi hermano a un hotel seguro. Eso sería perfecto, que me digan cuánto cuesta, lo que no puedo es dejar a mi hermano en la calle. Si pueden refugiarse en un hotel, me da un margen de tiempo para solucionar el tema del papeleo. Si tengo unas semanas, un mes o lo que sea, ya es un margen de tiempo. Además, se podría ver cómo evoluciona la situación política del país", señala Amaia.

Otra de las opciones sería que la familia viajara a cualquier otro país africano y tramitar desde allí el permiso. "En un principio se habló de Dakar, pero el consulado está hasta arriba de trabajo". No se ha hablado de ninguna otra nación. "El niño se puede mover por todos los países africanos sin problema, porque va con su madre, el problema es meterle en la Unión Europea", comenta Amaia. Y mientras, Aitor y su esposa esperan con preocupación una nueva solución para su angustiosa situación, con el miedo aún presente por la pesadilla que vivieron en su vivienda de Aibyán hace una semana.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El cruce del canal de Suez.

Una mirada atrás antes de iniciar una nueva época.

Arrastrero hundido en Mauritania- noticia copiada de "La voz de Vigo"