Un tartamudo en la mar
Cada día la administración nos sorprende más. La última, se puede leer en este enlace. Resumiéndolo, que a un señor de Huelva no le permiten embarcar porque es tartamudo y puede ser un peligro en caso de que, por ejemplo, se caiga alguien al agua y este hombre se ponga a tartamudear en vez de avisar del accidente. Es la causa de incapacidad más estúpida que he oído en mi vida, y especialmente si tenemos en cuanta las tripulaciones multinacionales, multiraciales y multiidiomáticas que hoy por hoy tenemos en la mar. ¿Es menos peligroso un tipo que no sabe una palabra en castellano? En contraste, sin embargo, en los barcos de recreo puede haber sordos que desde luego, no oirán a este hombre aunque les grite sin tartamudear: enlace Cervantes, aparte de escritor, fue un soldado que luchó en la batalla marítima de Lepanto, y era tartamudo. El ISM español le hubiera librado de perder el uso de una mano en esa batalla. Charles Darwin, el gran naturalista y tartamudo, no hubiera podido ir a