Se empieza a ver la luz...

"Amaia, nos sacan a los tres"

Aitor Fernández, arrantzale bermeano atrapado en Abiyán, y su familia están en una base militar francesa a la espera de coger el primer avión rumbo a Euskadi y dejar atrás una semana de pesadilla

Bilbao/Bermeo. "Nos sentimos aliviados". Aitor Fernández del Campo expresaba así su satisfacción por encontrarse, por fin, en una base militar francesa en la capital económica de Costa de Marfil, Abiyán. Las noches en vela, el cuchillo debajo de la almohada y el llanto de su esposa, Nina Youk, habían llegado a su fin. A las 15.00 hora local de ayer (17.00 hora peninsular), un helicóptero francés recogía a Aitor y su familia en su vivienda y los trasladaba a una base militar a dos kilómetros. "Están a salvo", explicaba, emocionada, su hermana Amaia. "Le he llamado a las cinco y justo el helicóptero estaba encima. Me ha dicho: han subido al niño, han subido a Nina y ahora me suben a mí. Les han trasladado a una base militar segura", relataba.

La hermana del arrantzale bermeano señalaba que su hermano estaba feliz. "Ha sido emocionante cuando me ha dicho: Amaia, nos sacan a los tres".

El regreso Aitor y su familia estaban ayer a la espera de poder coger cuanto antes un avión rumbo a Euskadi. Tras lograr un visado de turista para Nina, de nacionalidad marfileña, la familia "vendrá en el próximo avión que salga de allí". A pesar de estar casados, su reciente boda y el hecho de que desde entonces no han podido salir de su casa a causa de la lucha de poder que se está dando en las calles de Abiyán les había impedido tramitar papel alguno. Ayer, cuando por fin se encontraban a salvo, comenzaron las gestiones para conseguir un permiso de entrada al Estado español para la esposa de Aitor. La misma tarde, las autoridades españolas aprobaban un visado de turista de tres meses de duración para que Aitor, Nina y su hijo puedan reunirse cuanto antes con sus familiares en Bermeo.

Para llegar a este esperado final, Xabier Legarreta, alcalde de la villa, ha sido una pieza fundamental. Fue él quien, preocupado por la situación de su vecino, solicitó al portavoz del Grupo Vasco en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka, que intercediera ante el ministerio de Asuntos Exteriores español en el caso del arrantzale bermeano. Gracias a la mediación de Erkoreka, los soldados franceses fueron en busca de Aitor y su familia.

"Después de la incertidumbre que hemos vivido esta semana, ésta es una gran noticia. Estamos contentos porque la dramática situación de uno de nuestros vecinos se esté solucionando", valoró Legarreta tras conocer la nueva ubicación del arrantzale bermeano. "Ha sido una semana muy dura para la familia, y nos alegramos de que esta historia pueda tener un final feliz y que la calma vuelva a la familia", agregó. El alcalde de Bermeo explica así, de forma modesta, su gestión: "Nosotros solo hemos podido echar una mano a la familia en lo que podemos. Somos una pequeña institución, pero les hemos ayudado en los contactos con entidades superiores que sí que podían ayudarles de una manera más decidida. Pero lo repetimos, estamos contentos porque se haya podido solucionar esta historia".

La situación en Abiyán La tensa calma que se había instalado los últimos días en Abiyán, después de cinco días de intensos combates, dio un respiro a Aitor y su familia, que desde el pasado sábado habían sido asaltados en su vivienda por jóvenes armados. Sin embargo, la preocupación no se iba, ni la de ellos ni las de sus familiares en Bermeo. "Hoy, por fin, voy a poder dormir", decía su hermana Amaia. "Por las noches es cuando peor lo han pasado, porque es cuando se escuchaban los disparos, cuando golpeaban las puertas, cuando les entraban a robar, por eso no dormía. Le daba vueltas a la cabeza, estaba pendiente del móvil", cuenta Amaia.

"Los últimos días no nos han entrado, pero igualmente teníamos miedo y estábamos muy preocupados. Ahora, por fin estamos tranquilos, aliviados", explica Aitor desde la base militar francesa de Abiyán. Ayer, el arrantzale bermeano, su esposa marfileña y su hijo dejaron atrás una pesadilla que ha durado exactamente una semana.

La concentración No podían predecir lo que iba a suceder horas más tarde, pero numerosos bermeotarras se reunieron ayer al mediodía para exigir la vuelta de Aitor Fernández del Campo y su familia a la villa marinera. Dos centenares de personas se sumaron a una concentración silenciosa que solicitó al Gobierno español celeridad en la repatriación del joven, que ya se encuentra a salvo en una base militar francesa que dista a dos kilómetros de su vivienda en Abiyán.

Cuando pasaban pocos segundos de las 12.00 se arremolinaron en torno a la familia de Aitor sus amigos y conocidos, aunque también vecinos de Bermeo que deseaban dar fuerza a sus allegados. También estaban presentes los ediles del Consistorio. Pero fue sonar las campanas de la iglesia de Andra Mari y el silencio se apoderó. Un mutismo solo roto con algunas salvas de aplausos y gritos de Aitor, Etxera!. De igual forma, algunos de sus amigos portaban pancartas exigiendo soluciones a la dramática situación que padecía.

Quince minutos duró una concentración silenciosa que fue cerrada con un largo aplauso. A continuación tomaron la palabra sus hermanos, Amaia y Joseba. Emocionados al sentirse arropados, ambos relataron el calvario que soportaban. "Es muy duro ver que no podemos prestarle ayuda a Aitor. Pero lo peor es que tampoco parece que la vaya a recibir del Gobierno español", evidenció su hermano, adelantándose al rescate por parte de las fuerzas militares francesas que horas después serían protagonistas el arrantzale, su mujer y su hijo. Por su parte, su hermana denunció la escasa ayuda prestada por los responsables de la diplomacia española y aseguró sentirse "ciudadana de cuarta".

"Pésima y vergonzosa" fueron las palabras con las que Joseba resumió la actuación de las autoridades estatales, frente a la cercana colaboración que han encontrado en Euskadi. Es más, su hermana ahondó en que "los únicos que se han preocupado por él son los franceses y algunos políticos de aquí", insistió. Así, hizo extensible su agradecimiento al Gobierno vasco, al alcalde de Bermeo, Xabier Legarreta, y al diputado del Grupo vasco en el Congreso de Madrid, el bermeotara Josu Erkoreka. "Sabemos que hacen lo que pueden y solo estamos haciendo fuerza desde Euskadi, porque a nivel nacional, nada de nada", resumió.

Conocedora desde este pasado jueves de que ciudadanos españoles se encontraban a salvo en la sede de la embajada, Amaia no se podía explicar "por qué mi hermano no está allí", para a continuación preguntarse si la situación sería diferente si Aitor fuera empresario. "Pagamos con nuestro dinero a los embajadores y cónsules" cuya responsabilidad es "que protejan los intereses de las personas que están fuera. Pero no están haciendo nada", se reafirmó. Aun así, tanto Joseba como Amaia insistieron en que no descansarían hasta que vieran en Bermeo a sus familiares. "Porque les queremos a salvo, y con nosotros". Su deseo pronto ser hará realidad.

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