Tirados en puerto.

Es casi costumbre, sucede muya menudo, que tripulantes de un barco quedan tirados en puertos lejanos porque sus navieras les dejan abandonados. En esta ocasión, se trata de tripulantes ucranianos y rusos de dos mercantes propiedad de una naviera estonia y que están tirados en el puerto de Bilbao, en los muelles de Erandio y Lutxana. Todo porque no hay una legislación internacional para estos casos.

Enlace a la noticia original en "Deia"

"Niet comida, niet tabaco"

Trece marineros de dos embarcaciones estonias sobreviven a duras penas después de que su naviera los abandonara en el Puerto de Bilbao
Llevan meses sin cobrar y no tienen dinero para volver a casa

Erandio. Anton, Nikolay, Oleh, Yuriy, Marian y Mykola no tienen cara de muchos amigos a pesar de que el sol les aporta energía en la popa del Golf, un pequeño mercante amarrado en Erandio. Al carácter adusto que se asocia siempre con su procedencia -son rusos y ucranianos-, se suma una situación que, amén del humor, ya les está afectando incluso a su salud.

Lo mismo les ocurre a sus compañeros del otro buque, el Alma, amarrado un poco más arriba en la ría, en los muelles de Lutxana. Son Valentyn, Sergii, Oleksandr, Andry y Serhii. Todos ellos forman las dos tripulaciones que ven el horizonte con muchos nubarrones y bolsillos vacíos. La naviera estonia de ambos buques, la United Marine, les ha dejado de pagar el sueldo desde hace cinco meses y los ha abandonado a su suerte en el Puerto de Bilbao.

El Golf, de 89 metros de eslora, llegó con su carga de chatarra para descargar en la Acería Compacta el 4 de enero. El Alma, de 99 metros de largo, repitió órdenes y maniobras el pasado 4 de marzo, quedándose en la margen izquierda de Lutxana. Los dos entraron a puerto con bandera de Antigua y Barbados, aunque el Golf, por decisión del armador, cambió a insignia estonia aquí en Bilbao.

Desde entones, la incertidumbre les acompaña a bordo. Una situación dura y tensa que está intentando aliviar Mohamed Arrachedi, inspector de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) y representante de ELA. "Sabíamos que venían con problemas y hemos estado tratando de que el armador les pague lo que les debe y le repatríe a sus casas", indica Arrachedi, mientras los marineros le miran con respeto, como un salvavidas al que asirse.

Continúa explicando que "en enero y febrero parecía que estaban dispuestos a solucionar el problema, incluso, después de muchos e-mails y contactos solicitándolo, mandaron algún dinero para el mantenimiento de barco y tripulación. Pero, desde principios de este mes, el armador está dando largas, ya no manda dinero y la paciencia ya se les ha acabado".

Los marineros del Golf, por llevar ya casi tres meses en tierra extraña, son los más saturados con su amarre continuado. La denuncia de su situación tiene lugar a bordo, en el pequeño comedor del buque. De los ocho tripulantes, dos están ausentes. Uno es el marinero Pter, que se ha desentendido de las reivindicaciones de sus compañeros. El otro es el capitán, Talivaldis Olsevskis, que tiene algún trato con el armador y "permanece neutral", asegura, Anton Stepanenko. Antón es el primer oficial y junto al cocinero, Mykola Mengel, son los más reivindicativos. Recuerdan a aquellos marineros cubanos que en 2000 también estuvieron amarrados varios meses en una situación similar

"NIet comida, niet tabaco" En su inglés aprendido en decenas de puertos por el mundo expresan su rabia e impotencia. Lo mezclan con un poco de ruso y castellano "Niet comida, niet tabaco" expresan con desazón. El congelador vacío y una nevera con un pimiento, un bote de mantequilla y bol con un poco de pollo atestiguan las carencias que suman ya varias semanas. "Los últimos días estamos comiendo macarrones y un poco de pan", dice con rabia Mykola. Han estado apurando los últimos euros que atesoraban y los han gastado en el cercano supermercado Lidl de Astrabudua. Han comprado lo básico. "Pero ya no nos queda nada, ni dinero, ni pasta de dientes, no tenemos champú, no tenemos casi agua para beber", especifica con gestos el cocinero. Añaden que el depósito de agua potable está en las últimas y el armador no les envía los 200 euros que costaría rellenarlo para subsistir unos días más.

Pero más que las circunstancias personales les agobia sus familias. "Dependen de nuestros sueldos para subsistir y lo llevan penosamente", expresan en un folio escrito en ruso y traducido macarrónicamente con Google al inglés y al castellano. La ausencia de paga, dicen, supone que los niños no puedan acudir a clase porque no pueden pagar al centro, y sus padres, que la mayoría tienen a su cargo, no pueden abonar las deudas médicas. Anton apunta lacónico que "tengo una niña de dos años y mi mujer ya no puede comprarle papillas".

La acusación a la naviera es clara en su documento traducido. "La compañía no responde a nuestras preguntas, la comunicación con la dirección falla, han violado todos los puntos del contrato y a muchos marinos se les han acabado los contratos pero la compañía renuncia a la sustitución la paga de la deuda".

Tabaco clausurado Desde ELA se les ha intentado ayudar facilitándoles conexión a internet para que se pongan en contacto con sus familias y comprándoles algunos cartones de tabaco, un deseo que además lo tienen prohibido en el barco. El primer oficial se tira de los pelos al explicar que "tenemos tabaco ahí en el armario pero Aduanas lo tiene clausurado y no podemos cogerlo". Esta situación es debida a la práctica que Aduanas aplica a los buques que arriban al puerto de Bilbao con el fin de evitar a la tripulación la tentación de practicar contrabando con tabaco o alcohol traído de otros países. A pesar de que se le ha expuesto a los responsables de la Aduana la situación peculiar del Golf "no han querido ser flexibles; lo tienen clausurado hasta que el buque se haga de nuevo a la mar", explica Arrachedi.

Fuentes de la Autoridad Portuaria han confirmado la situación de ambos buques. Han indicado que "El Golf oficialmente se encuentra en reparación y el Alma no dispone en estos momentos de consignatario". Ninguno de los dos capitanes ha pedido permiso para salir de puerto, por ello "se les ha asignado dos atraques en desuso para que su estancia no interfiera en la actividad portuaria", indicaron desde el puerto.

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